viernes, 7 de octubre de 2011

¡QUE MAMADA!

En el siglo XIX , L. Williez realizó una caricatura del entonces presidente Rufino Echenique. La denuncia y la sátira apuntaban al enorme desfalco del erario nacional por motivo de la consolidación de la  deuda interna. Hoy, las prácticas siguen siendo las mismas, los conceptos y ardides para lograrlo, adquieren nuevos nombres y figuras. El objetivo es el mismo.
Otro Perú es posible.

Presidentes: La Historia de Nunca acabar


A lo largo de nuestra historia republicana, los peruanos, hemos sido testigos de la  nociva reiteración de situaciones y hechos  comúnes en la práctica de los gobiernos: Golpes de estado, Re-elecciones, Re-reelecciones, Asesoría e intervención de gobiernos extranjeros, Libertad de Prensa coactada, Estatizaciones, Deuda Externa y Crisis económicas, a través de las décadas.
Otro Perú es Posible. Otra nación es Posible.

jueves, 6 de octubre de 2011

La corrupción es un mal inherente...

Los presidentes Echenique, Leguía, Fujimori y García Pérez   "empapelados" por las denuncias en los medios de prensa de sus respectivas épocas (El Murciélago, La Prensa, Mundial, La República, Correo, etc.)

Querido Pueblo Blablablá...

A lo largo de la historia política del Perú, incontables veces, los sucesivos gobernantes se han valido del ideal patriótico, los valores y los símbolos que nos representan a todos, como peruanos, para legitimar sus actos y decisiones políticas -cuestionables, muchas veces- en perjuicio de los ciudadanos y la nación entera.
Otro Perú es posible. 

INTRODUCCIÓN

La historia de nuestro país guarda similitudes y coincidencias más que sorprendentes a lo largo de sus 190 años de vida republicana. En el lapso de todas estas décadas los peruanos han sido testigos de gobernantes que ascendieron a la presidencia con una enorme simpatía popular, pero que en el camino esta enorme ilusión ciudadana fue rota, y no sólo eso, incluso también traicionada de las maneras mas inverosímiles y descaradas. Promulgación de mas que convenientes constituciones, intempestivos referéndums,  re-elecciones no estipuladas, golpes de estado, auto-golpes de estado,  administraciones plagadas de escándalos económicos, crisis económicas nacionales provocadas, sucesiones de casta políticas familiares, fugas y huidas presidenciales, intransigentes estatizaciones, prensa pública coactada, asesorías e intervenciones extranjeras, cierre y disolución de congresos constituyentes, y un largo y penoso etcétera vio el pueblo peruano a lo largo de estos casi dos siglos de vida republicana.


Consideramos que la falta de una memoria colectiva real y una conciencia ciudadana responsable y preocupada por la actitud de sus gobernantes, conlleva al sufrimiento de los errores y abusos de la clase política dominante gobierno tras gobierno. Los ciudadanos no somos capaces de entender y asumirnos como aquellos quienes elegimos a simples representantes y empleados públicos, quienes son apenas portavoces y portadores del mandato y deseo popular; eso, sumado a la falta de memoria colectiva facilita la reproducción de vicios y abusos gubernamentales del pasado.

Es incuestionable, si repasamos la historia de nuestro  Perú, que el pueblo que no recuerda su historia esta condenado a repetirla.

“Historia y Memoria Política del Perú” (País del Siempre Jamás) - Antecedentes y referentes

“Historia y Memoria Política del Perú” hunde sus raíces en los precedentes marcados por la sátira política de comienzos del siglo XX en el Perú, con  Julio Málaga Grenet[1] como referente, con  sus viñetas sobre el entonces Presidente José Pardo y Barreda y la realidad política de aquel entonces, concernientes a los intentos golpistas de Augusto Durand.

La sátira política  siempre se ha usado con una intención subversiva donde el discurso político y la disensión, muchas veces, están prohibidas por un régimen. Surgiendo como método de suscitar debates políticos allí donde este tipo de argumentos están expresamente prohibidos. Ella se distingue normalmente de la protesta política o la disensión política, pues no implica generalmente una intención oculta ni busca influir en el proceso político. Ocasionalmente puede hacerlo, pero lo normal es que simplemente busque entretener y evidenciar las incongruencias de los gobernantes.

De igual manera en el terreno  híbrido entre arte y política, el arte  se aparta de la sujeción a los compromisos de representación inducidos desde las estructuras de hegemonía social; la legitimación del dominio de clase. El arte queda libre para reencontrar su propia vocación que impulsa una visión crítica buscando modificar las estructuras sociales y enfatizando una postura ética desde una nueva estética. Aquí es donde se halla la situación actual coordinando las prácticas artísticas con la política.

Si partimos de esta consideración del artista, y el arte mismo,  como activista  o instrumento  político. El artista  puede encarnar a aquel ciudadano que traduce su sentir social en obras visuales que lindan con el trabajo y quehacer cultural individual y sincero, intentando reflejar su sociedad y los estamentos de poder, a fin de confrontarlos y transformarlos. Es una labor que bien señala Villafañe (2007): “Se trata de una suma de funciones específicas y es fundamental atender los grados de excelencia que permitan marcos de legitimidad en cada una de las funciones: el artista como productor de imágenes, metáforas o símbolos, el artista en tanto intelectual en la función teórica y crítica, la política cultural desde una cultura crítica y una nueva crítica de la cultura y la política como acontecimiento transformador de la sociedad[2].

Nuestra intención es interpelar constantemente la idea de  peruanidad –y a los peruanos- y repensar de un modo crítico y sarcástico las ideas sobre Estado y las contradicciones de nuestra nación. Salazar es, sin duda, un referente para los artistas que deseamos adoptar una postura crítica sobre el gobierno y los juegos del poder en el Estado peruano.

Nuestro trabajo pretende hacer referencia a la historia del Perú –en lo concerniente a su historia política- y a ese progreso trunco y siempre añorado, deseado, esperado, pero que jamás llega a nosotros. Apuntamos a cuestionar y cuestionarnos  sobre la política del país y su verdadera capacidad y honestidad para generar los cambios y programas que el pueblo necesita y espera desde hace, no pocos siglos, cuando reclamó su independencia política y militar de España.

En “Historia y memoria política del Perú (País del siempre jamás)” nos enfocamos a confrontar la institucionalidad política  frente a una estructura social y un andamiaje  de componendas de poder basado en la complicidad de clases, el desgano político, la inoperancia política y demagógica,   la ineficiente labor oficialista de turno, y un larguísimo etcétera.

Este proyecto procura, además, despojar a la política y al poder de tantas y tan elevadas  pretensiones, y lo hacemos con total y entera naturalidad  y libertad. La denuncia ética/política -disfrazada de juego e ironía-, además de la propia conciencia social, en constante  adaptación a la realidad que nos toca vivir; diálogo e interpelación con los protagonistas de turno en el poder. Un proyecto que se reinventa constante y coherentemente a través del tiempo. Como bien acota Villafañe (2007)[3]:

“Investigar entonces las relaciones históricas entre arte, política y cultura hasta nuestros días nos permitirá avanzar sobre una nueva crítica de la cultura desde una cultura crítica que permita la construcción de alternativas político culturales en las nuevas dimensiones que tiene la política tanto en las relaciones tácticas como en los objetivos estratégicos”

Juan Javier Salazar, con su obra “Perú, país del mañana/ boceto de mural para cuando tenga plata: mañana”. (2006) -la reactualización de aquella misma obra del 2001-, en donde se aprecian los retratos de  los sucesivos gobernantes del Perú desde 1821, todos compartiendo la frase: “Mañana”.

En esta obra de precario soporte como es el triplay y que comunica, de alguna manera, lo precario de la institucionalidad democrática del país, el artista logra interpelar al observador y a las instituciones públicas nacionales sobre la historia y el accionar de los sucesivos gobiernos a lo largo de la historia del Perú, donde cada gobernante deja inconcluso los proyectos y promesas planteadas al inicio de cada mandato presidencial, sea este democrático o de facto; contribuyendo a la infeliz autoconcepción de ciudadanos pertenecientes a una nación y país del “ensayo y error”, del “borrón y cuenta nueva” del “que robe, pero que haga obra”

La obra de Salazar, tiene la “desventaja” de ser parte de la colección de arte contemporáneo de la UNMSM, razón por la cual su exposición se ve reducida al  ambiente que la alberga dentro del mueso en cuestión. Esta obra posee una actualidad que ameritaría su confrontación permanente con el pueblo peruano.

Nuestro proyecto “Historia y Memoria Política del Perú – País del Siempre Jamás” tiene por objetivo concientizar a la ciudadanía limeña y, por que no, peruana;  sobre la urgencia de una memoria colectiva y concreta que prevenga contra los actos antidemocráticos e inconstitucionales que se suceden en nuestro país, gobierno tras gobierno, a causa de la inexistencia de esta memoria – en todo caso endeble y fraccionada-, que nos integre como ciudadanos de una misma nación, el Perú, que haga posible la conducta apropiada de todas nuestras autoridades, nada mas que nuestros representantes ante la ley.

En ese sentido nuestro proyecto intenta conformar una  necesidad de conciencia sobre los hechos del pasado -gestados para bien y para mal de la nación, aunque en la mayoría de casos esto último suele suceder con más frecuencia-, desde los actos y actitudes asumidas por todos nuestros gobernantes desde los albores de la República Peruana, allá por 1821.


[2] Villafañe, Juano (2007). Arte, política y cultura: Periodizar las relaciones desde el Centro Cultural de la Cooperación. Recuperado el 9 de julio de 2011, de
[3] Villafañe, Juano (2007). Op. cit.

“Historia y Memoria Política del Perú” (País del Siempre Jamás) - Contenidos

El proyecto consiste en composiciones visuales  alusivas a algunos mandatarios peruanos desde el inicio de la República Peruana (1821) hasta  nuestros días, con la finalización del 2do período  presidencial de Alan García Pérez (2011). En estas imágenes, mediante la conjunción de los diversos presidentes del país a lo largo de nuestra historia, el pasado y presente político del Perú se encuentran y se confrontan y asemejan a costa de similitudes alarmantes y,  a la vez,  preocupantes para la conformación de una ciudadanía  y un país sólido y responsable con los actos que le tocan cumplir dentro del ideal de nación. Entre las imágenes concebidas podemos referir la obra: “Querido pueblo, bla blablá…” en ella podemos apreciar al general Francisco Morales Bermúdez, Alberto Fujimori y Alan García, juntos parados sobre cubos individuales, en las caras de estos cubos se observan los elementos del escudo nacional: Vicuña, árbol de la quina y  cornucopia.  De los bolsillos se logran percibir los mismos elementos, como si estuvieran saliendo o escapando de las faltriqueras presidenciales. Los tres ex-gobernantes comparte un globo de diálogo enteramente negro, con la frase, en letras blancas: “Bla, bla, blablablá…”. Esta composición hace referencia directa a la expoliación de nuestras riquezas naturales así como a la demagogia política de los sucesivos gobernantes. Debajo del conjunto se lee la frase: “El pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla”

Otra obra muestra los retratos de Manuel Pardo y Lavalle, Augusto B. Leguía, Juan Velasco Alvarado, Francisco Morales Bermúdez, Alberto Fujimori y Alan García, y recuadros individuales con las frases: Golpe de estado, Re-elección, Asesoría intervención de EE.UU., Libertad de Prensa coactada, Estatización, Deuda Externa apremiante y Crisis económica mundial; en cada caso hay líneas que vinculan las frases con los gobernantes que cometieron aquellos actos, siendo testigos que existen mas de una coincidencia en los aspectos de sus gobiernos.

Las imágenes propuestas están trabajadas con la ayuda de stenciles y pintura spray sobre hojas de papel periódico o papelógrafo blanco, para su posterior pegado en el espacio público; principalmente en el centro de Lima –alrededores de la Plaza San Martín, por su evidente condición de escenario de ágora  popular - y otros distritos, como Surco y El Agustino. De esta manera su “consumo” apuntará a ser democrático y masivo; en un espacio y contexto de práctica social específica y conveniente, donde la política y la realidad nacional son temas de discusión abierta y general. Todos los trabajos consignaran el link del blog en la web, donde se expondrá material adicional y relacionado a la propuesta visual: textos explicativos, registros fotográficos y de video, links de interés, etc.

El proyecto pretende ser importante, de alguna manera, en la medida que los ciudadanos de  a pie logren reflexionar sobre lo que ocurre en un país, nuestro país, que no posee una fuerte memoria colectiva, y sobre los verdaderos asuntos de interés  nacional, que se ven postergados y socavados, muchísimas veces a lo largo de nuestra historia, por  los actos y actitudes impropias de nuestros  gobernantes y autoridades. Recordemos que  la corrupción es un mal inherente a todo gobierno que no está controlado por la opinión pública.    Es nuestro deseo también,  consolidar una fuerte y saludable autoestima ciudadana; deseamos ser parte de un pueblo que se respete  a sí mismo y que condene enérgicamente aquellos hechos que atenten contra los valores y la moral nacional, como muchas veces ocurre con los actos de corrupción de algunas autoridades; puesto que la corrupción es causa directa de la pobreza de los pueblos –tanto económica como moral- y suele ser la razón principal de sus desgracias sociales, convirtiéndose en un círculo vicioso infinito.

En ese sentido, el pegado de las imágenes en las calles de la urbe, tienden a confrontar e interpelar al ciudadano de a  pie, frente a nuestra realidad política y nuestra propia actuación, reacción y actitudes frente a aquella realidad y a lo largo de nuestra historia como nación y república democrática.

Por otro lado el uso de materiales habituales y baratos, como el papel periódico y papelógrafo, además de los stenciles de cartón y pintura spray, conlleva la idea intrínseca de la denuncia social, lo masivo y la resistencia popular ciudadana.